Nos reclama el leve silencio de la noche
para que tú y yo susurremos la única verdad
que encierra la caricia y el deseo.
La luna se recoge entre nosotros,
se amansa en su viaje de sombra
y se deshace en una lluvia
de iluminado rocío
entregada en nuestra cama
al amor de nuestros cuerpos.
Cada vez somos más un universo
donde sólo las luces se estremecen,
caen en el desnudo sueño de tus labios
y se derrotan cuando me recorres con ellos,
húmedo sueño de ilícito paréntesis.
Se despierta el día y esparce
su aliento de palomas,
y en tus ojos y en los míos
a la vez que la ternura
queda la luz del largo paso de los astros.
Fernando Sarría
1 comentario:
Buen poema. Buena elección. Los estudiosos sólo tienen tiempo para estudiar. A los apaionados, la pasión nos dura un poco más. Y entonces, cuando la pasión y el amor conviven, se abre un universo entero.
Déjame soñar a la luz de tus versos al menos hasta que se haga de día de nuevo.
Más besos.
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