¡Escúchame! Yo aspiro a que vivamos en las vibrantes voces de la mañana. Yo quiero perdurar junto contigo en la savia profunda de la humanidad: en la risa del niño, en la paz de los hombres. en el amor sin lágrimas. Por eso, como habremos de darnos a la rosa y al árbol, a la tierra y al viento, te pido que nos demos al futuro del mundo...
MIGUEL OTERO SILVA.