(Fotografía de Lembranza)
Ahora quiero amar algo lejano...Algún hombre divino Que sea como un ave por lo dulce, Que haya habido mujeres infinitas Y sepa de otras tierras, y florezca La palabra en sus labios, perfumada: Suerte de selva virgen bajo el viento... Y quiero amarlo ahora. Está la tarde Blanda y tranquila como espeso musgo, Tiembla mi boca y mis dedos finos, Se deshacen mis trenzas poco a poco. Siento un vago rumor... Toda la tierra Está cantando dulcemente... Lejos Los bosques se han cargado de corolas, Desbordan los arroyos de sus cauces Y las aguas se filtran en la tierra Así como mis ojos en los ojos Que estoy sonañdo embelesada... Pero Ya está bajando el sol de los montes, Las aves se acurrucan en sus nidos, La tarde ha de morir y él está lejos... Lejos como este sol que para nunca Se marcha y me abandona, con las manos Hundidas en las trenzas, con la boca Húmeda y temblorosa, con el alma Sutilizada, ardida en la esperanza De este amor infinito que me vuelve Dulce y hermosa... (Alfonsina Storni) ------------------------------------------------------- Una poeta, que hace con sus versos pura magia, que vive en cada una de sus palabras, de las que desprende una gran melancolía.
III ENCUENTRO DE POESÍA EN RED - Alcalá de Henares -18.09.2010
martes, 27 de septiembre de 2011
ESTA TARDE
sábado, 17 de septiembre de 2011
Me impregno del aroma de la melancolía.
Viaja en un atardecer de nubes incendiarias,
allí, unido al silencio preso entre las sombras
me estremece el corazón un hálito de tiempo.
Fernando Sarría
Este poema, sin titulo, como muchos de los de Fernando, me ha llegado al alma. Mi corazón por un momento se olvido de bombear, mientras leía tus versos .domingo, 11 de septiembre de 2011
PIEDRA DE HORNO
La tarde abandonada gime deshecha en lluvia.
Del cielo caen recuerdos y entran por la ventana.
Duros suspiros rotos, quimeras calcinadas.
Lentamente va viniendo tu cuerpo.
Llegan tus manos en su órbita
de aguardiente de caña;
tus pies de lento azúcar quemados por la danza,
y tus muslos, tenazas del espasmo,
y tu boca, sustancia
comestible, y tu cintura
de abierto caramelo.
Llegan tus brazos de oro, tus dientes sanguinarios;
de pronto entran tus ojos traicionados;
tu piel tendida, preparada
para la siesta:
Tu olor a selva repentina; tu garganta
gritando —no sé, me lo imagino—, gimiendo
—no sé, me lo figuro—, quejándose —no sé, supongo, creo—
tu garganta profunda
retorciendo palabras prohibidas.
Un río de promesas
baja de tus cabellos,
se demora en tus senos,
cuaja al fin en un charco de melaza en tu vientre,
viola tu carne firme de nocturno secreto.
Carbón ardiente y piedra de horno
en esta tarde fría de lluvia y de silencio.
Nicolas Guillen
Hoy en el trabajo, uno de los paciente, mitad caribeño, mitad francés, me dijo sí conocía a Nicolás Guillen, para él, un gran poeta cubano. Le dije que lo buscaría y pondría algún poema en el blog, espero que os guste.