Maria Soliña
Polos camiños de Cangas
a voz do vento xemía:
ai, que soliña quedache
María Soliña.
Nos areales de Cangas,
muros de noite se erguían:
ai, que soliña quedache,
María Soliña.
As ondas do mar de Cangas
acedos ecos traguían:
ai, que soliña quedache,
María Soliña.
As gueivotas sobre Cangas
soños de medo tecían:
ai, que soliña quedache,
María Soliña.
Baixo os tellados de Cangas
anda un terror de auga fría:
ai, que soliña quedache,
María Soliña.
Celso Emilio Ferreiro
Maria Soliña
Por los caminos de cangas,
la voz del viento gemía:
¡ay!! que solita te quedaste
Maria soliña.
En los arenales de Cangas,
los muros de la noche se erguian:
¡Ay!! que solita te quedaste
maria Soliña.
Las olas del mar de Cangas,
agrios ecos traían
¡Ay!! que solita te quedaste
Maria Soliña.
Las gaviotas sobre Cangas,
sueños de miedo decian:
¡Ay!! que solita quedaste
Maria Soliña.
Bajo los tejados de Cangas,
anda un terror de agua fria:
¡Ay!! que solita quedaste
Maria Soliña.
El tribunal de la Santa Inquisición la condeno y se convirtió en un símbolo de sufrimiento para el pueblo.
Aproximadamente por el 1600 los piratas turcos atacan las costas de Cangas, matan al marido y al hermano de Maria. Muchas mujeres se quedaron solas, la Inquisición en lugar de ayudarlas las acuso de brujas y les quito todas sus posesiones.
Por aquella época muchas mujeres de Cangas fueron acusadas de meigas, la forma de conseguir que se declararan meigas era torturarlas hasta que ella decían lo que ellos quisieran. Otra de nuestras lacras.
Situada en la provincia de Ourense, en un pueblecito perdido entre montañas y muy cerquita de Portugal, esta hermosa cascada, no tiene nombre. A mi me recuerda a la hermosa melena de una mujer.
Siempre la he visitado en verano con menos agua. Ha merecido la pena ir en abril, ver la fuerza del agua cayendo desde tanta altura y su espectacular belleza.
Después de dejar atrás dos hermosos molinos, el agua cristalina, se acerca a la cascada y pega un salto para pasarse al país vecino.
Esta es la zona de las mejores castañas de España. En sus soutos todavía se pueden contemplar ejemplares de castaños centenarios y alguno incluso milenario.
Por las encañadas discurre el río Carril, parece como si quisiera jugar a saltar de piedra en piedra, con su manto de espuma blanca.
Hay una bonita senda verde que discurre a la vera del rió, para el verano es fantástica, el ruido del agua, los pájaros, la sombrita.........
